Cuando hables voy a mirar tus labios, que no son ni finos ni gruesos, si no perfectos.
Y tus ojos se adueñaran de mi, empezando por mi cerebro.
Ando escribiendo palabras cursis y melosas que salen de algo llamado alma, que no se sabe con exactitud donde esta, pero si llega a estar cerca del corazon se justifica.
Etiquetas: Pensamientos extraños.